Síndrome subacromial: ¿por qué no puedo levantar mi brazo?

por | Feb 14, 2021 | Fisioterapia traumatológica

“No puedo peinarme”, “no puedo abrocharme el sujetador”, “dormir de lado es imposible”… son los típicos síntomas del síndrome subacromial, una de las patologías más frecuentes de las consultas de fisioterapia que supone el 60% de los casos de dolor de hombro, y uno de los tres motivos más habituales de consulta de fisioterapia.

Anatomía síndrome subacromial

El manguito de los rotadores es un conjunto formado por los tendones de los músculos: subescapular, supraespinoso, infraespinoso y redondo menor, además, desde el punto de vista funcional también podríamos incluir a la cadena larga del bíceps braquial. Estos músculos pasan por un túnel formado por el acromion, que sería el techo del hombro, y el húmero. El espacio libre en este túnel es rellenado por la bursa, un saco de líquido que facilita el deslizamiento de los tendones entre si, y evita el roce con los huesos. El manguito de los rotadores, permite centralizar el húmero cuando elevamos el brazo, haciendo que pase por debajo del acromion, aumentando el movimiento del brazo.

El síndrome subacromial puede referirse a una tendinitis de hombro, tendinitis del manguito de los rotadores, tendinitis del supraespinoso, impingement subacromial, bursitis…

El problema principal en el síndrome subacromial es que existe una reducción de ese espacio, que provoca el roce de las estructuras, dificultando que húmero se coloque bajo el acromion. Esta disminución del espacio puede deberse a:

  • Inflamación de uno o varios de los tendones, es decir, un aumento de su diámetro. que puede deberse a: tendinitis, desgarros, calcificaciones, degeneración crónica y/o rotura parcial o total del tendón.
  • Inflamación de la bursa.
  • Desgarro del labrum.
  • Reducción del espacio por artrosis del acromion (crecimiento del hueso), variantes anatómicas (acromion tipo 2 o 3 ), callo óseo post-fractura…
  • Inestabilidad articular o alteraciones posturales, que provocan una mala alineación entre acromion y húmero.

Las causas más frecuentes por las que estas estructuras sufren este tipo de problemas pueden ser:

  • Mecánicas: bien por un sobreuso puntual o continuo, un mal posicionamiento.
  • Vasculares: los tendones del manguito, especialmente el supraespinoso tienen mala vascularización, lo que dificulta su recuperación.
  • Degenerativas: por el crecimiento óseo provocado por la artrosis, la fricción continua, y la pérdida de la capacidad de recuperación
  • Traumáticas: por un accidente que provoca una lesión, o microtraumatismos continuados.

LOS SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES SÍNDROME SUBACROMIAL

Salvo en casos de accidentes , el inicio suele ser progresivo y sin causa aparente, que van provocando que cada vez tengamos más limitación en los movimientos. El síntoma más frecuente es el dolor en las siguiente situaciones:

  • Cargar peso o en movimiento extremos, por ejemplo: abrocharse el sujetador, peinarse…
  • Mover el brazo por encima de 90º.
  • Dormir sobre el lado afecto.
  • Dolor sordo inicialmente descansando, de predominio nocturno, que cada vez va haciéndose más frecuente.

El paciente suele presentar dolor progresivo que suele tardar en poner en manos de un profesional.

TRATAMIENTO SÍNDROME SUBACROMIAL

El tratamiento de primera elección es el conservador, basado en reposo, crioterapia y fisioterapia/osteopatía. Si esto no fuese suficiente, en fases posteriores se puede incluir la ingesta de medicamentos antiinflamatorios y en último caso la cirugía, bien sea para reparación de tendones o aumentar el espacio subacromial.

FISIOTERAPIA – OSTEOPATÍA

Como hemos visto el tratamiento conservador con fisioterapia y osteopatía es el del primera elección. Los objetivos del tratamiento con fisioterapia son, en la fase inicial, medidas antiinflamatorias, relajación articular para reducir la compresión subacromial y corregir las alteraciones posturales. En fases avanzadas, potenciar, corregir los desequilibrios musculares y favorecer la regeneración de los tejidos.

En DeniFisio, te incluimos algunos consejos que puede ayudarte en un primer estadío de la lesión:

Reposo y aplicación de frío:

Colocar frío en el hombro durante 10- 15 minutos al menos 3 veces al día, especialmente tras actividad.

Ejercicios pendulares de CODMAN

Ejercicio Codman Denifisio

Con el tronco flexionado hacia adelante, dejar caer el brazo perpendicular al suelo, y realizar pequeños movimientos o círculos como si fuese un péndulo, sin forzar, de forma suave y relajada.

Movilizaciones con bastón

Ejercicio con bastón DeniFisio

Realizamos movimientos laterales o hacia adelante, ayudándonos con el otro brazo gracias a un palo o bastón. Realizamos el movimiento hasta el límite permitido por el dolor, tratando de ganar en movilidad cada vez más.

Movilizaciones con toalla

Ejercicio con toalla DeniFisio

Con una toalla nos ayudamos del otro brazo para aumentar la rotación externa (brazo por encima de la cabeza) y/o rotación interna (brazo por detrás de la espalda) del brazo lesionado. Tratamos de alcanzar más movimiento cada vez sin llegar a provocar dolor.

Movilidad activa: escalera de dedos

Ejercicio escalera abducción DeniFisio

Frente a una pared, con el brazo recto, vamos “caminando” con los dedos por la pared, subiendo hasta el límite del movimiento permitido, y bajando también “caminando” lentamente, sin realizar compensaciones.

Ejercicio escalera abducción DeniFisio

Este mismo ejercicio se puede realizar de lado, para trabajar el movimiento lateral (abducción).

Potenciación con elásticos

Ejercicio elástico abducción DeniFisio

Con una banda elástica, realizamos movimiento de alzamiento de brazo de forma progresiva, hasta el límite de movilidad permitido. Descendemos lentamente.

Ejercicio elástico antepulsión DeniFisio

Este mismo ejercicio, se realiza de lado para trabajar el alzamiento lateral, abducción.

BIBLIOGRAFÍA

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